Google+ Belleza femenil: octubre 2012

viernes, 26 de octubre de 2012

¿SUDAR HACE PERDER PESO?


 La sudoración ayuda a liberar ciertas toxinas que se acumulan en el cuerpo
Alguna vez te has preguntado ¿para qué sudamos?, Si no, la respuesta es la siguiente, la sudoración es uno de los mecanismos del cuerpo a través de lo cuales regulamos o mantenemos nuestra temperatura corporal.

A lo largo de nuestro andar en el medio del bienestar integral y después de haber pasado mucho tiempo por gimnasios, centros de entrenamiento deportivo e incluso en la misma colonia por donde vivimos siempre hemos visto gente haciendo ejercicio preocupados por su salud o su apariencia física, pero hay algunas personas en particular de las que hablaremos hoy. Son aquellas que vemos forradas desde los pies hasta la cabeza con pantalones largos, chamarras, fajas térmicas e incluso trajes de plástico y por si esto no fuera suficiente trotando o caminando a horas extremas de calor creyendo que con esto van a perder peso y finalmente obtener la figura que siempre han soñado. En este punto es necesario hacer una pausa y preguntarnos ¿Sudar realmente nos hace perder peso?
Alguna vez te has preguntado ¿para qué sudamos?, Si no, la respuesta es la siguiente, la sudoración es uno de los mecanismos del cuerpo a través de lo cuales regulamos o mantenemos nuestra temperatura corporal, ya que cuando éste se evapora de nuestra piel reduce el exceso de calor. Hay que mencionar que en la composición del sudor encontramos básicamente agua en un 95% y una serie de elementos como electrolitos (sodio, potasio, cloro) que dentro de nuestro cuerpo se encargan de mantener un equilibrio hídrico en los diferentes compartimentos del organismo. Además, en el sudor también encontramos una sustancia llamada ácido urocánico, que es un filtro natural que ayuda a protegernos de los efectos negativos de la radiación solar.
Volviendo al principio, en el medio de la actividad deportiva muchas veces escuchamos a la gente decir que visten dichos chalecos y en general la ropa antes mencionada para sudar más y así quemar más grasa del cuerpo que los lleve a perder peso.
Esta afirmación no es más que un mito y una falsa creencia ya que cuando sudamos perdemos únicamente agua que puede ir de 1 litro en una persona normal a 3-5 litros en atletas de alto rendimiento. En efecto se perderá peso pero esta pérdida solamente corresponde a la cantidad de agua y sales minerales del cuerpo y de ninguna manera será el resultado de la combustión de la grasa.
En este sentido, la única forma de “oxidar” o “quemar” grasa, como comúnmente se le llama, es utilizarla como combustible energético y para eso es necesario aumentar la actividad física o dicho de otro modo realizar ejercicio aeróbico llevando un control de la hidratación, pues de lo contrario la pérdida excesiva de líquido por medio de la sudoración acabará por disminuir la capacidad de hacer ejercicio y disminuirá entonces la pérdida de grasa. No olvides que la pérdida de peso a causa de la sudoración es fácilmente recuperable apenas y vuelvas a ingerir líquidos (principalmente agua).
Seguramente algunos estarán pensando en estos momentos, “Entonces si sudo y no tomo agua quiere decir que mantendré la pérdida de peso”. Hasta cierto punto si, pero a causa de una deshidratación no recomendable para la salud y al fin y al cabo la grasa permanecerá en su lugar. En conclusión, la sudoración ayuda a liberar ciertas toxinas que se acumulan en el cuerpo por medio de la comida o algún medicamento, ayuda a regular la temperatura corporal, pero es un hecho que no se pierde grasa, sí se pierde peso momentáneamente pero éste se repondrá apenas se consuma líquidos de nuevo. Por lo tanto si eres uno de esos deportistas que utilizan trajes térmicos o sudaderas a horas desmedidas de calor, como consejo, evítalos ya que lo único que estás haciendo es fatigarte y correr el riesgo de una descompensación por pérdida de líquidos, si en verdad deseas eliminar el exceso de grasa corporal te recomiendo el consumo de los productos termogénicos como el Body Xtreme y no olvides asesorarte con un profesionista de la Nutrición.
Fuente: Revista True Smart Fitness
F.P.T. Javier Guijón Baeza
Año uno No. 05

sábado, 6 de octubre de 2012

Cáncer de mama



Valor creemos un mundo sin Cáncer de mama
continuemos con nuestra lucha hasta conseguirlo

¿QUÉ ES?
Las mamas o senos se componen de grasa, tejido conectivo y glandular. En este tejido se encuentran las glándulas productoras de leche de las que nacen unos 15 ó 20 conductos mamario, para transportar la leche hasta el pezón, rodeado por la areola. Estos lobulillos y conductos se encuentran en el estroma, un tejido adiposo, en el que también están los vasos sanguíneos y linfáticos. Los tejidos mamarios están conectados, además, con un grupo de ganglios linfáticos, localizados en la axila. Estos ganglios son claves para el diagnóstico del cáncer de mama, puesto que las células cancerosas se extienden a otras zonas del organismo a través del sistema linfático. Cuando se habla de ganglio centinela se alude, precisamente, al ganglio más cercano al lugar donde se localiza el cáncer.
SÍNTOMAS DE CÁNCER DE MAMA
Diversas investigaciones han encontrado un grupo de factores de riesgo, o circunstancias, que hacen a una persona más propensa para desarrollar el tumor.
 Edad: el riesgo aumenta con la edad. La mayoría de cánceres de mama se produce sobre los 50 años; a los 60 el riesgo es más elevado y resulta muy poco frecuente por debajo de los 35 años, aunque también es posible.
Sexo: las mujeres son las más propensas a desarrollar cáncer de mama. Los hombres también pueden sufrirlo, pero la probabilidad es de uno por cada cien mujeres.
Antecedentes familiares: las posibilidades aumentan si una hermana, madre o hija ha sufrido esta enfermedad. Además este riesgo se eleva si el familiar que ha padecido cáncer lo ha hecho antes de la menopausia, o si ha afectado a los dos senos.
Haber sufrido otro cáncer: el riesgo de cáncer de mama aumenta si se ha sufrido previamente otro cáncer, especialmente de ovario o de colon, o un carcinoma lobular o ductal in situ (dos tipos de tumor maligno que aparecen en los lóbulos o en los conductos galactóforos de los senos, o conductos mamarios). Otro posible factor de riesgo es una hiperplasia benigna, una especie de tumor no maligno, que altera el tejido del seno.
Menopausia tardía (posterior a los 55 años)
No haber tenido hijos, o el primer parto a partir de los 30 años.
Factores medioambientales: se está investigando la posible influencia de pesticidas, campos electromagnéticos o contaminantes en agua y comida.
Estilo de vida: algunas investigaciones han hallado un posible vínculo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de cáncer de mama.
Obesidad: A pesar de no tener ninguna constatación científica definitiva, muchos investigadores indican que seguir una dieta baja en grasas y rica en frutas y verduras, así como practicar ejercicio físico de forma regular pueden ayudar a prevenir la aparición del cáncer de mama.
Estrés: Una vida activa hasta límites excesivos no es conveniente ni beneficiosa. Llevar una vida estresante es nocivo para la salud y, en consecuencia, puede favorecer la aparición de enfermedades
THS: Ciertos investigadores indican que a partir de los 10 años con terapia hormonal sustitutiva (THS) puede aumentar el riesgo de cáncer, mientras que otros destacan que no importa durante cuánto tiempo se ha tomado en el pasado, puesto que el riesgo de cáncer existe entre las que siguen la terapia hormonal, no entre las que la siguieron en un pasado.
PREVENCIÓN
La autoexploración y las mamografías son las herramientas más útiles para encontrar bultos sospechosos en los pechos. En general, la técnica de la mamografía facilita la detección de pequeños bultos, difíciles de predecir mediante la palpación de la mama. Este tipo de prueba debe repetirse anualmente a partir de los 45 años.
Autoexamen de mamas

lunes, 1 de octubre de 2012

DHA


“Beneficios para mantener un buen estado de salud a través de una buena nutrición”
El Ácido Docosa Hexaenoico (DHA) es un ácido graso omega 3 poliinsaturado, que se encuentra principalmente en pescados y en algunas algas.



El DHA es un importante elemento estructural y funcional en las células de todos los órganos de nuestro cuerpo, en primer lugar el 30% de los lípidos que forman la materia gris del cerebro es DHA, y es aún mas importante en la etapa prenatal y en los dos primeros años de vida, pues es cuando se desarrolla la mayor parte del cerebro, siendo las mujeres embarazadas (sobre todo en el tercer trimestre) y en lactancia, en las que cobra mayor importancia el consumo de DHA. Las personas mayores que tienen deficiencia en el consumo de DHA tienen 67% más probabilidades de sufrir demencia, por el contrario, si se consume adecuadamente reduce el riesgo de padecer Alzheimer. En la retina el DHA se encuentra de un 30 a 40% en los fotorreceptores, que en la primera etapa de vida son parte del desarrollo de la vista de los niños así como de la capacidad visual de adultos y ancianos. Es importante saber que el DHA ayuda a disminuir los niveles de triglicéridos y aumenta el colesterol HDL,  también llamado “colesterol bueno”, que se encarga de transportar colesterol hacia el hígado para su metabolismo. Por tal motivo el DHA puede ayudar, apoyado también en una dieta adecuada, a disminuir el riesgo cardiovascular.
En México no es frecuente el consumo de pescados o de algas, que son las fuentes principales de obtención de DHA, por lo cual este nutriente podría ser deficiente en nuestra dieta, de allí la importancia de ingerir un suplemento elaborado con los mejores estándares de calidad. El DHA es de origen vegetal, se extrae de una alga marina en particular para obtener un producto libre de toxinas que algunos peces desarrollan en el ecosistema que habitan.
El DHA se recomienda también a personas vegetarianas que, debido a su régimen alimenticio, pudieran presentar deficiencia de esta sustancia. Debido a su origen vegetal el DHA  no tiene olor a pescado y puede ser consumido por personas alérgicas a los productos del mar.
La dosis diaria recomendada es de 200mg en caso de adultos y jóvenes y 300 mg en caso de mujeres embarazadas o en lactancia. El DHA no es tóxico.
Por: L.N.H. Rodrigo Mancilla Morales