
“El excesode cintura se relaciona con una alimentación baja
en frutas y en carne roja, pero rica en snacks y otras botanas”
Los contados estudios epidemiológicos que han investigado la
asociación entre la ingesta de macronutrientes -hidratos de carbono, proteínas,
grasas- y el desarrollo de obesidad abdominal (grasa en la cintura) no revelan
un patrón consistente que respalde esta relación. Las grasas y el alcohol son
los dos componentes más analizados en relación con el desarrollo de obesidad,
aunque se estima que los factores de la alimentación y de la propia naturaleza
que afectan al aumento y la distribución de la grasa corporal son muchos más
variados y complejos.
Un informe publicado por la American Dietetic Association, y
elaborado por investigadores del Danish Cancer Society Institute of Cancer
Epidemiology (Copenhague), profundiza en el efecto que causan sobre el perímetro
de la cintura un total de 21 grupos de alimentos y bebidas en 22.570 mujeres y
20.126 hombres de entre 50 y 64 años. Tras el seguimiento dietético durante
cinco años, los autores observaron resultados diferentes según el sexo. Para
las mujeres, una ingesta mayor de carne roja, verduras, frutas y lácteos estaba
relacionada con un menor perímetro de la cintura. Para los hombres, el consumo
de carne roja y de frutas se asoció de manera negativa con el contorno; es
decir, a mayor a consumo de carne roja y de azúcares provenientes de las
frutas, se presentó una mayor circunferencia de cintura en el sexo masculino.
Según los expertos, los resultados de la investigación
sugieren que seguir una alimentación baja en frutas y en carne roja, pero rica
en snacks, se asocia con un aumento del perímetro de la cintura en ambos sexos.
Índice cintura/cadera
El predominio de la grasa en la zona abdominal es un
marcador del riesgo cardiovascular. Se le supone, incluso, un parámetro más
sensible que el índice de masa corporal, que relaciona el peso con la talla. La
grasa acumulada en la zona de la cintura es más propia de los varones, aunque
también se localiza en muchas mujeres después de la menopausia.
Este exceso localizado está ligado, en su mayoría, a
complicaciones metabólicas y cardiovasculares. También se asocia con el
desarrollo de síndrome metabólico. Por este motivo, el índice cintura/cadera es
un parámetro empleado en clínica para valorar el riesgo cardiovascular del
individuo, independiente de otros factores como la obesidad.
Si al dividir el perímetro de la cintura en la zona
umbilical entre el perímetro de la cadera (cociente cintura/cadera o C/C) el
resultado es superior a 0,90 en las mujeres y a 1 en los varones, el riesgo
cardiovascular y de desarrollo de diabetes mellitus es mayor. No obstante,
según el consenso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad,
SEEDO, para valorar el riesgo de la acumulación central de grasa se emplea sólo
el perímetro de la cintura. Los valores de riesgo a partir de la circunferencia
de la cintura son: 95 cm para los varones y 82 cm para las mujeres. Se
considera que el riesgo es elevado cuando esta medida es superior a 102 cm, en
hombres, y a 90 cm, en mujeres.
BARRIGA Y ALCOHOL
La influencia de bebidas como el vino, la cerveza y las
consumiciones espirituosas, entre otras, no fue significativa en los cambios del
perímetro de la cintura. Sólo se constató una asociación inversa en las
mujeres, en relación con el vino, al contrario que los resultados obtenidos en
los hombres. La investigación concluyó sin evidencia científica que respalde la
denominada "barriga cervecera".
No obstante, dado el aspecto tóxico del alcohol para el
organismo, desde la Organización Mundial de la Salud se aconseja, en todo caso,
un consumo moderado de alcohol, inferior a 20 gramos para la mujer y a 30
gramos para el hombre. Una ingesta entre 20 y 30 gramos de alcohol corresponde
a dos o tres bebidas en las cantidades indicadas: cerveza de 330 mililitros,
vaso de vino de 80-100 mililitros, una copa de bebidas espirituosas (anís,
coñac...)